Puente colgante de Portugalete
Su nombre es Puente de Vizcaya, pero todo el mundo lo conoce como el Puente Colgante, y es justamente eso, un puente transbordador colgante que une ambos márgenes de la Ría. En la margen derecha, Las Arenas, enclave tradicionalmente ligado a la burguesía bilbaina, en la margen izquierda, Portugalete, de gran tradición obrera y con un bonito y muy empinado casco viejo. El puente se utiliza desde sus inicios tanto para el transporte de personas como vehículos.
Curiosamente, solo quedan 9 puentes de este tipo en todo el mundo y tienes uno, el más antiguo de todos, que además es Patrimonio de la Humanidad desde el año 2007, a un viaje en metro de escasos 20 minutos desde el centro de Bilbao, ¿no te parece que merece la pena? si hace buen día, podrás además dar un paseo por la playa para llegar hasta el Puerto Viejo de Algorta.
El Puente Colgante, inaugurado en julio de 1893, fue diseñado por Alberto Palacio y Elissague, discípulo de Eiffel, del que se dice que al ver los planes del puente dijo "¡Cómo me gustaría firmar el proyecto de este muchachote vasco!". Construido por el contratista Ferdinand Arnodin, fue el primero construido de estas características, siendo tras construirse el Puente de Vizcaya cuando se instalaron más de una veintena de transbordadores similares en Europa y América.
El puente está construido en hierro, con una altura de 45 metros sobre el agua y una longitud de 160 metros. Desde el travesaño central cuelga, mediante cables de acero, la barcaza que transporta vehículos y viandantes a unos 26 metros sobre el agua. La creencia popular es que el nombre de Puente Colgante proviene del hecho que la barcaza está colgando, pero en realidad, es el travesaño el que está colgando de las torres y sujetado por los tremendos cables de acero.
Durante la Guerra Civil, el travesaño fue demolido y el puente tuvo que ser reconstruido, volviendo a estar activo en 1941. Desde 1999, el Puente Colgante dispone de una pasarela peatonal sobre la viga superior, a 45 metros de altura, lo que permite unas vistas espectaculares sobre la ría así como de los entresijos técnicos del propio puente.