Instituto Campuzano (primer hospital de Bilbao)
El hospital de Atxuri, que actualmente alberga el Instituto de enseñanza Emilio Campuzano, fue construido en 1532 y reconstruido en 1685 y 1820. Fue el único hospital con el que contó la ciudad hasta su traslado al nuevo Hospital de Basurto en 1908.
Si bien es cierto que este edificio de 1532 fue el primero en alcanzar cierta notoriedad, al aparecer mencionado en la obra de mediados del XVI “De Civitatis Orbis Terrarum” (obra alemana que englobaba planos de más de 300 ciudades, véase imagen aquí al ladito), existe documentación histórica que menciona el “Hospital de los Santos Juanes” como el primer hospital de la ciudad, dándose la circunstancia que este es el nombre de la plaza donde se ubica el edificio.
Se tienen pocos datos del edificio inicial de 1532 en cuanto a su estilo arquitectónico y características, pero en la obra alemana mencionada aparece como una pequeña torre de planta rectangular. Se conservan planos del edificio datados en 1685, que plantean un edificio torre de tres alturas, de pequeñas dimensiones. La planta baja estaría destinada a la hospedería para peregrinos, con 18 camas; la primera planta la ocuparía un gran sala con 34 camas (se cree que en el mismo lugar se celebraba la misa) y la tercera planta se destinaría a vivienda, constando además una pequeña sala de 10 camas para los enfermos aislados.
El edificio sufrió a lo largo de la historia modificaciones y ampliaciones, hasta llegar al edificio actual de planta de peine con dos grandes patios centrales que permitían por un lado la circulación del aire y por otro la separación del hospital en una zona para los hombres y otra para las mujeres.
El hospital siempre estuvo gobernado por el ayuntamiento de la ciudad y se financiaba por los donativos recibidos, bien voluntariamente o en testamento, o por ordenanzas emitidas desde la corporación que ordenaban colectas en las diversas iglesias de Bilbao.
En cuanto al personal que trabajaba en estos hospitales, hay constancia de un beaterío que se ocupaba del Hospital de los Santos Juanes, es decir, un grupo de mujeres, beatas, que en el Bilbao medieval llevaban una vida religiosa sin tomar los votos y siguiendo las normas del beaterío al que pertenecían. Para abandonarlo o contraer matrimonio, debían pedir permiso al alcalde. Con el Concilio de Trento, que no permitía estas asociaciones sin pertenecer a ninguna orden, desapareció de la Villa la figura de la beata tan arraigada a su historia.