Puente de San Antón

El Puente de San Antón es el primer puente con el contó la ciudad y durante siglos fue el único puente que unía ambos márgenes de la ría en muchos kilómetros. Algunas fuentes creen incluso, que el puente es anterior a la ciudad. El puente de San Antón tuvo una gran importancia durante la edad media, ya que era la única vía de comunicación para el comercio entre el Señorío de Vizcaya y el Reino de Castilla, lo que llevó a los bilbaínos a utilizar todas las argucias legales y no tan legales para mantener este monopolio, dados los evidentes beneficios que el puente aportaba a la ciudad.
El puente original estaba situado entre la Iglesia de San Antón y el Mercado de la Ribera, pero diferentes riadas lo acabaron derribando, de tal forma que en 1870 se sustituyó por uno nuevo, obra del ingeniero Ernesto de Hoffmeyer, que se ubicó en el mismo lugar donde se encuentra ahora. Tras sufrir los rigores de las guerras carlistas y la guerra civil (durante la cual fue volado por los batallones republicanos, como la mayoría de puentes de la ría, para intentar frenar el avance fascista) el puente fue reconstruido.
En los laterales del puente pueden apreciarse, esculpidos en sus paredes, unos lobos, que se corresponden con el escudo de armas del fundador de la villa, Don Diego López de Haro. Este puente está tan marcado en el carácter de Bilbao que tanto el puente como los lobos que lo decoran, junto con la cercana iglesia de San Antón, forman parte del escudo de la ciudad, así como del escudo del Athletic Club de Bilbao.
Una curiosidad: las mismas formas (lobos, puente e iglesia) aparecen en el escudo de la ciudad chilena de Constitución, en recuerdo a su fundación bajo el nombre de "Nuevo Bilbao" allá por el siglo XVIII.